Colombiano que se respete está desesperado
El vendedor informal es feliz regalando “ñapa”, y todavía
no ha nacido colombiano que incluso estando reventado de cansancio por cinco y
hasta seis días de trabajo continuo, cape fin de semana lúdico ya sea “vitrineando”,
almorzando en restaurante llanero, o comiendo mazorca en el parque de los
novios (si ya se vio muy alcanzado por las culebras).
Pero, ¿qué es lo que nos mantiene tan “felices”
teniendo en cuenta la inmensa cantidad de frustrados sociales?. Cantidad de
la que todos hemos hecho parte quejándonos ocasionalmente de cosas que tienen
relación directa con “la situación del país”. Pienso que es lo
mismo que nos empuja a preocuparnos momentáneamente por el “futuro de las
nuevas generaciones” y luego desistir de la idea al son de una parranda vallenata. En primer lugar estamos más que acostumbrados a escuchar al del lado —sea el cristiano que sea— decir cosas como: “el Gobierno no hace sino robarnos” o: “¿sí ve? Por eso es que estamos como estamos” o la aún más típica frase: “todo sube menos el mínimo”.
Las expresiones de este tipo no son algo esporádico, podría apostar todo lo que tengo (mis chiritos y este blog) a que ningún colombiano ha pasado un
solo día de su vida sin presenciar por lo menos un alarido inconformista, sea por la educación,
el trabajo, la cultura, el salario, la salud, las pensiones, los huecos, la inseguridad, las
carreteras, el medio ambiente, el tráfico, y así sucesivamente, a no ser claro,
que se trate de un rolo en “tierra caliente” de esos que quedan inhabilitados
para hablar por el calor del aire y la quietud del clima.
Todos sin excepción estamos desesperanzados, todos
sin excepción nos sentimos subyugados de alguna forma por las demagogias que
conocemos pero sin embargo pasamos por alto. Al ser esta situación el innegable
pan de cada día, entramos en un estado homogéneo de inconformismo que a su vez se convierte en un estado social y finalmente termina siendo un estado mental que no pasa en absoluto a cambiar nuestra realidad material.
Así que sigamos dichosos, como alguna vez dijo Marguerite Duras “estamos tranquilos, todo el mundo está desesperado”.
Así que sigamos dichosos, como alguna vez dijo Marguerite Duras “estamos tranquilos, todo el mundo está desesperado”.
Jejeje, justamente hoy me han devuelto mi cuenta de contratista ... muy adecuada tu entrega.
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